Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

Pág. 15 l 1 JOSE PARPAGNOLI J DIPLO·MACIAS Y PUEBL,O·S ' En 1860 ,con motiyo de la decretada anexión de unas provincias italianas al reino de Víctor Manuel IIQ, el conde de Cavour habría pronunciado en el Parlamento Sub. alpino la siguiente frase: '' En el siglo actual, en la época en que viYimos, ya no son los diplomáticos que disponen de los pueblos, :no los pueblos que imponen a los diplomáticos las obras que tienen que cumplir''. La frase, en a·quel agitado período histórico de las luc1 has por la independencia ele Italia, con todas las culpas que gravaban en la ccnciencia de estadistas y diplomáticos, podía considerarse arriesgada; pero .se acreditaba, en parte, sino por una verdadera abdicación de las infidentes diplomacias y por manifiesta voluntad de los pueblos de las regiones redimidas o no, ciertamente por una ''élite'' del pensamiento y de la acción -plebeya y aristocráticaque sabía arrastrar, con la audacia y con la eje~plar secuela martirológica, pueblos r gobiernos. Sentencia harto apodíctica, por aquellos tiempos, la de Cavour y que puede entenderse en el sentido- valedero también hoy en día- de que las diplomacias no interpretan a los pueblos, sino que ésto'3. generalmente, acaban por mirlar las arquitecturas políticas de aquéllas. Como se quieta, '' en el sigld actua·l y en la época en que vi vimos'' no se halla- ■ ría un estadista ele buena fe dispuesto a acatar '' a priori'' y doctrinariamente la frase cavourriana, tampoco revisada y ccrregida. Y esto confirma la norma de que, solamente, a su debido tiempo, los pueblo:, actualmente martirizados, entrarán res u e:• tame~te en escena. Mientras tanto, muy a nuestro pesar, el papel ele los pueblos es, ·hoy en día, el df' servir como carne· de cañón, o de blan~o para los pelotone,, de ejecución: pueblo& contra pueblos, desencadenados en guerras por motivos que les son ajenos; pueblo~ mantenidos en pie de guerra, para ser enviados, de un momento para otro, al matadero; y pueblos clavados a la pared por la fusilería de los agresore.s y usurpadures de regímenes legítimos y pacíficos, bien qtle condenados por todas las diplomacias temblorosas, porque instaurado-; -sin derramamien1o de sangre- por la voluntad popular. Muy contadas son fas naciones cuyos pueblos gozan de una relativa tranquilidad, y menos todavía las que armoniza11 sus directivas con las aspiraciones de los pueblos. MENTALÍDAD TRAJiPOSA Pero, hablando de estadistas ele buen·1 f-e, quiero hacer referencia a los que en cuyas mahos están los destinos de aque: llos pueblos a que se les otorga un mini-

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