Pág. 14 fué honestameute llevado- tras un inte1-rogatorio minucioso, preciso, definitivo. César Rossi (autor del otro memorial), para sostener no haber tomado parte en el asesinato de l\fatteotti, no se decidió a acusar a l\fossolini sino después que consiguió fugar al exterior. Entonces no dejó de probar que Dumini (ya utilizado por l\fossolini en otros crímenes) llevó a cabo el asesinato del 10 de junio de acuerdo con las instrucciones recibidas de M:ussolini por intermedio de M:arinelli. (Ver los artícnlos de Rossi publicados en el "Daily Herald" de Londres y en los Estados Unidos por otros diarios, en marzo de 1926.) ¡Ah! M:arinelli no acusó jamás al duce por aquel crimen. Por eso mismo, por su fidelidad a la ley de la "omertá' ', todos los honores y todos los puestos se le devolvieron una vez en libertad después de la instrucción del proceso. ¿ Por qué los jueces (substituídos a fin de eliminar a los dignos de este nombre) después de haber afirmado con toda falsía (para encubrir a M:ussolini) que los mandantes de Dumini y compañía habían sido Rossi y Marinelli, encontraron la manera de amnistiarlos? En efecto, un decreto pr0Yide11cialmente promulgado con auti-2ipación amnistiaba 1mtchísimos delitos, con excepcióñ del homicidio; ]a sección de acusación -presidida después por un despreciable lacayo del régimen- rfü:onó en la . siguiente formá : Rossi y Marinelli no dieron el mandato de matar, si bien el de raptar a Matteotti (¡ para hacer una farra!); en el curso del rapto, pero sin premeditación, se les ocurrió (? !) a los raptores ejecutar el asesinato; entonces Rossi y Marinelli deben ser amnistiados y los ejecutores del crimen cic-- berán responder nada más que d11homicidio '' improviso 1 ' ! La larga preparación del crimell: ¡ completamente olvidada! Las disposiciones legales que consideran al mandante de un MA TTEOTTI crimen responsable de todas las consecuencias del crimen: olvidadas completamente por estos jueces a las órdenes del criminal. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Acusa:ción -un tal Albertini- fué ascendido en seguida a director general de la administración de los establecimientos penales y más tarde fué incluído en la lista -¡ lista única y por ende automáticamente elegida!- de los candidatos a diputados de la llamada Cámara, ahora suprimida. En la misma lista y por las mismas elecciones estaba incluido también Marinelli, marcado como criminal por la sentencia de la Cámara de Acusación redactada y suscrita por S. E. Albertini. Es por eso que en el acta que yo redacté, suscribí y mandé notificar en la forma legal que corresponde, el 18 de enero de 1926 -cuando la viuda de Matteotti decidió no mantener la constitución de parte civil, pues "el verdadero proceso se había desvanecido"-; yo escribí que la parte civil no se solidarizaba con indulgencias y olvidos y que ella quería mantener abierto el juicio "vetado hoy, pero inevitable mañana''. El acta empieza consignando tiue la declaración ele De Bono, los dos memoriales de Rossi y Filippelli, además de otras pruebas, hubieran tenido que imponer el aseguramiento de las responsabilidades atribuídas a personas que por calidad u oficio no se encontraban en el límite de la competencia ordinaria. Estas responsabilidades hnbieran tenido que ser investigadas en la forma extraordinaria que establece la Constitución, conexas con las acciones del gobierno. Ya que no vacilé entonces eh pedir que l\1ussolini fuera juzgado poi; la Alta Corte, bien puedo continuar pidiéndolo ahoracon más firme confianza-que él sea juzgadÓ y condenado por la historia como el verdadero responsable del asesinato de Giacomo l\fatteotti.
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