Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

MATTEOTTI pesebre. Y cuando llegó la hora de la lucha y del sacrificio a~onteció lo de siempre : escribieron la historia hombres y grupos excepcionales y la historia fué una selección de episodios y de anécdotas: Oltre Torrente de Parma, Calle Pieraccini en Milán, Cámara del Trabajo de Sampierdarena, resistencia pasiva de Molinella, incen° dio del arsenal de Trieste. Y el martirio de algunos jefes; muy contados. Y sólo martirio, no heroísmo, pues estaban obcecados por el fetiche de la lucha legal sin darse cuenta de que la ley es "~l instrumento de dominio de la clase dirigente". Después del atentado de Gino Lucetti, mientras enfurecían las represalias, el que escribe, encontrando al diputado socialista Gonzales que se exhibía muy tranquilo en la Galería de Milán, le gritaba : -¡ Pero. . . hombre !, estás loco. . . Si te reconocen te asesinan. Y contestaba Gonzales : -Pues ... ¡si es lo que quiero!; ¿qu0 utro mal puedo hacerles hoy sino morir? Con el mismo concepto continuó a responder Filippo Turati durante dos años resistiéndose a los camaradas ·que querían sacarlo de Italia para salvarle la vida. En los mejores hubo sed de martirio, no ... ei:;píritu de lucha. Para la luc·ha no habían nacido. Veían el triunfo del socialismo como resultado de una labor burocrática; si perdían el escritorio y los cartapacios habían perdido la batalla. Así que cuando asomaron al umbral -de la historia los grandes carnívoros que hacían retroceder los siglos, todos los partidos de democracia, y las naciones demoeráticas, perdieron los estribos y la cabeza. No supieron ni lb.acer revoluciones, ni .empedir las revoluciones de arriba; no supieron conservar el poder donde lo tenían, ni conquistarlo donde estaban en la opo- .sición. Veinte años de fracasos por falta ,le energía, y por obtinarse a usar métoJos civilizados cuando el homblre había vuelto a la selva originaria y ,husmeaba Pág. 9 sólo sangre y saqueo. Lo que nos ha faltado a nosotros, partj.f!9s, d~,,,iwµifrda,,,en la política de la postgheda; ·h~'~.::114:t1o'l grandes justicieros, tip¿ Robespierr~,': Úpo Saint J ust, tipo StaÍin. Es un orguJio, fal vez, pero es también la explicaQión'·de. la derrota. No se juegan partidas, ..•p;Ííticas con orangutanes de hombros pes~·d9s:que apenas pueden mantenerse en POl$ició.Jl,,,,.~rguida y cuya pupila opaca y fría -h~tlJja sólo la matanza, con· artículos de· di~tíi~ y . . ... - . :; .. ,. -~· ,, .. prédicas cristianas. . >,3.:I:;,L;: Toda la defensa fué un único error, colosal; de estrategia y de táctica; la contemporización, ·1a piedad, la tolerancia, fa. fidelidad a ias doctrinas y a los métodos que ya no servían para nada. Así, para no fusilar a tres mil junkers y generalote3 murió la república de Weimar, así murió Austria, así murió España. ·si Azaña hubiese fusilado a tres o cuatro mil requetés ,oficiales, falangistas, roblistas, no estallaba el cuartelazo y España ahorraba 60 mil millones de pesetas, un millón de muertos y la vergüenza de la dictadura de Franco, disfraz de un dominio extranjero. ¿ En Italia?. . . Antes de la marciha sobre Roma un motín que hubiese costado la vida a trescientos obreros habría persuadido a burguesía y dinastía a no intentar la experiencia fascista. Después del asesi. nato de Matteotti. un confli~to en la Plaza Colonna en Roma que hubiese costado cien muertos borraba Mussolini de la hi.storia. No supimos aprovechar ni el más horroroso de los crímenes, ni tampoco la mayor oleada, tormenta de indignación que hubiese sacudido! ,al pueblo; italiano en la postguerra. -Se ahorraron gotas de sangre. Y han muerto, y vergonzosamente, millares de hombres en Abisinia, millares en España y. . . ¡ lo que se prepara! Cuando no se tiene el coraje de sacrificar diez hombres hoy se sacrifican millones mañaña. La nueva grande guerra, inevitable,

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