Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

de espacio o de tiempo. Sin pausa y sin prisa como. la estrella --que quería Goethe-, él es como la vida misma, <!ambiante, multiforme, incesante. Es, un todo admirable y pujante, cuyas partes, por sí mismas, valen en cuanto lo sirven y engrandecen. La Naturaleza, con ser. poderpsa y majestuosa como es, se rinde al esfuerzo humano. La admiramos y nos emociona su belleza. Pero admiramos y nos emociona más el titánico afán del hombre, de su voluntad, su inteligencia, su técnica, que -Prometeo de todos los tiempos y edades- la domeña y fecunda con su trabajo, la humaniza con el aliento generoso de su corazón y la hace útil para todos con la fuerza creadora de sus brazos y de su capacidad. Es el esfuerzo de superación que, en lo individual como en lo colectivo, se mejora, con un coraje y una audacia que el gran Verhaeren, el poet~ de las ciudades tentaculares, exaltó en estrofas vigorosas. Sí, lo inmortal es €Se esfuerzo, es el Ideal que guía a los pueblos en el marchar por la áspera senda de su superior destino. Las dificultades lo acrecientan, los sinsabores lo fortalecen. No es ya la ilusión negativa la que lo alienta; es el sano optimismo de los fuertes. Nada lo arredra, nada lo detiene. Sabe que el presente es un momento fugaz, como enseñó el maestro Justo; salimos continuamente del pasado para entrar a <!ada instante en el porvenir. Y lo más empeñoso y ahincado de su tesón se dirige a ampliar los horizontes de la v·da y de los hombres, a dignificarla iluminándola y prepa~ándolos. Una idea sirve de brújula y es el esfuerzo solidario de los individuos y los pueblos el que permite 27 e MATTEOTT-I XIVANIVERSARIO avanzar. No ha de registrarse un progreso ni afianzarse la civilización y la justicia por imposición providencial. En el proceso histórico es el .esfuerzo humano, la lucha de sus intereses, ia potencia de su idealismo lo que .cuenta. Y .toca a los hombres mismos apreciar el camino recorrido ; radiéa en su propia intención y consciente acción ·acelerar la marcha, evitar caídas, superar etapas. Ello depende de su inteligencia, de su conciencia, de su experiencia, de, su aptitud para la organización y la acción. El ciclópeo Sarmiento _-uno de nuestros magníficos luchadores, cuya existencia es una p~derosa lección de optimismo en el poder del esfuerzo inteligentemente orientado- llegó a decir en una hora de prueba_: '' Al fin la idea subsiste, y ya eso es mucho ; pero nos faltan ciudadanos animosos, que planten y replanten, en despecho de hormigas y caballos, la tanta veces arruinada yerba.'' Amenazan la heredad de la civilización y sus frutos mejores -la libertad, la democracia, el progreso- negras y destructivas hormigas, · desenfrenados caballos. Se necesitan -según lo pedía Sarmiento- animosos ciudadanos que planten y replanten. Y -tengamos la seguridad- nada podrán,· en definitiva, frente a la acción, la solidaridad y la organización de la inteligencia y la voluntad humanas, las fuerzas ciegas del instinto despótico ni la aparente omnipotencia de los brutos. Comprendámoslo, decidiéndonos a luchar sin desmayo, en este día en que el recuerdo de Matteotti surge, en medio de las sombras aciagas que envuelven al mundo, como una luz denunciadora de la ruta de nuestro deber. JUAN ANTONIO SOLARI.

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