Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

EscribeMATILD'EDELATORRE Tonterías de un ~ amargado: GregorioMarañón,tránsfuga de la ciudadaníahispana ,. 1 ' -Dígame, doctor Marañón:,¿ Es de usted r.ealmente ese artículo publicado en la ,más "siglo diecisiete" de las revistas (le ;parís.Y- , No •nace mi duda escuetamente sobre la mudanza de -opiniones de quien, ex ciudadano- español, injuria a '' su República", hija y madre a la .vez de aquella su extinguida ciudadanía militante, sino .sobre ,la categoría de los argumentos con .los que la injuria. Si ese desgraciado artículo sobre .la evolución del liberalismo ''daltónico'' es de usted, doctor Marañón, me compadezco de usted. Porque estoy segura de que al releer, ya impreso, su trabajo, ~e enderezó la vara de .marfil de la autocrítica y usted se quedó perplejo: -¿ Es que envejezco? Sí, doctor. Ha envejecido usted desas~ trosamente. No de años solares, sino de errores fundamentales. Quien a la edad de usted quiere desandar el camino de la libertad ciudadana, cae en todos 'los precipi<;jos de la ;regresión: injusticia y 21 • MATTEOTJI.-XIV .ANIVERSARIO necedad ,entre otros. Usted quiere volver a la infancia espiritual a la que no nos es dado volver: ,a -la infancia política. Se puede buscar en la edad primera y retrotraer de ella ensueños y perfiles plasmando en el espíritu maduro lo que no ,pudo tener expresión· en la mente. infantil, substancia espiritual de tipo c&smico. Lo que no se puede es tratar de volver a plasmar lo que ya tuvo forma concreta y se diluyó en el tiempo y en -la eonciencia. En ello no hay insinceridad, y, por eso, no hay honradez. La .infancia política es la revelación de un albedr_ío en función de reclamar : el eomienzo de una evolución irrefrenable; el brote del '' werden'' ante el espíritu, sin que ojos hc;mrados puedan cerrarse ante el des8-:rrollo implacable. Entonces el hombre joven (o el viejo, gue será joven ante el fenómeno) se si~nte en trance. fatal de empuje, de coadyuvaeióri a una o~ra social a la que no le es dado substraerse. Y nace el militante. No :µablemos de militancias retrógrada~. .No es el caso de usted. El retrógrado no cuen4l, sino de modo pasivo: es el trampolín sobre el que se produce el_avance político .. El retrógrado no tiene siquiera infancia política: es un ser ''no nacido a su época''. No se ha plan tea do siquiera el "por qué" es hijo de su padre ni nieto de su abuelo, ni se ha parado en el hecho de que él no vistti pieles y usa máquina de escribir. Hablo sólo d~ la "infancia poli tic a" de hombres como usted, que pasaron -el silabario y luego la gramática y arribar~m a la filos9fía de ese "por que" del avance social (o, sencillamente, de la vida colectiva humana). No; no arguya diciendo que usted -es sincero y que sus opiniones le pertenecen. Perdone~ Cuando las opiniones se

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