Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

GIORGIO TISTINA EL RIGRl'SO. 01·01acOMO MATTIOTT·I • Todos los años, cuando vuelve junio -el mes de los coros, en los campo dorados por las mieses maduras- vuelve la visi'ón de un pobre cuerpo ensangrentado, de unos pobres huesos quebrados para que puedan caber en la fosa, apresuradamente cavada en la tierra desnuda. Pero la fosa es harto pequeña y· no saben los siniestroo sicarios que, por mucho que hagan para ensancharla con sus manos criminales, siempre resultará pequeña para la tragedia de un pueblo. ¡ Giácomo Matteotti ! Es más que un nombre. Es más que una bandera. Es la última protesta de los trabajadorec:; italianos que nada pueden contra la marea ascendiente de la reacción, es el grito de indignación de todos los trabajadores del mundo que presagian el comienzo de una era de barbarie. · Todos los años,· Giácomo Matteotti vuelve_ a nosotros, entre nosotros, como si quisiera darse cuenta de lo que supimos hacer desde que nos comprometimos en aceptar la pesada responsabilidad de continuar la lucha. Para el pueblo italiano. Para los pueblos del mundo entero. Es nuestro deber hacer un examen de conciencia, ver si durante el año tuvimos algún momento de debilidad que nos hubiera sorprendido cuando era menester un esfuerzo mayor, si descuidamos una ópórtun1dad, si olvidamós alguna <le las obligaciones que nos incumben, para servir más a nuestros intereses particulares que a los de la gran causa. · Trist~ regreso el de hoy. En los campos de España, en las inmensas llanuras chinas, el fascismo siembra la masacre y la muerte. En Inglaterra y en Francia las masas no han sabido aún concentrar sus fuerzas, a fin de levantar una barrera contra la creciente amenaza de los regímenes totalitarios; y los pueblos de Italia y de Alemania languidecen envilecidos, mermados, sin que de parte alguna se vislumbre para ellos la luz de un mañana mejor. Triste regreso el de hoy. El proletariado español sufre y lucha, lucha y muere sobre las posiciones que la sangre d~ sus hijos mejores consagra- para las generaciones venideras, y los hermanos de los demás países del mundo, abúlicos, se quedan mirando cómo los gpbiernos que pretenden representarlos, estrangulan, en la farsa de la No-intervención, la libertad de España. Y -cómo Japón invade a China. No basta la ofrenda de nuestro óbolo. No basta ansiar la victoria del pueblo español y d~l. pueblo chino. Es precif3o eontribuir con todas las fuerzas a fin de que esta victo~ia _sea posible. Esto es lo que Giácomo :Matteotti debe decirnos en el aniversario de su martirio. Y sepamos ~omprender también esto en el día en que, recordándolo, recordamos a todos los que ,han dado su vida por un porvenir más justo, y a los que. luchan en las· trincheras de la libertad.. Obrar. e incitar a la obra. Impedir que los gobiernos continúen a no hacer distinción entre los traidores y los defensores de su país. Exigir que no se siga permitiendo que, désde Roma y BerMATTEOTT-I XIV'ANIVERSARIO e 16

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