dos divisiones de voluntarios y, luego de pocos días, ya tenía listos los efectivos para constituir una. La U. G. T. y la C. N. T. reclutaron millares de voluntarios para el frente y las fortificaciones. Los anarquistas volvieron al Frente Popular, pidiendo también de volver al Gobierno. El espíritu de la-lucha callejera ha resurgido, encendiendo la esperanza de c~µibates épicos de barrio en barrio, de calle en calle, de cas1;1e,n casa. Lo qµe los catalanes no habían aún comprendido (esto es, que Barcelona se defendía desde Madrid, Extremadura y Teruel) _aparece ahora evidente para todos. La l~egada ~e los fasci;stas a Lérida y a Tortosa, ha puesto a los catalanes frent~ a ~~ guerra, en condiciones extremadamente graves, pe_ro no desesperadas aún. L·a serenidad de los jefes. ·En las dificultades del momento, España tiene la suerte de poder contar con sus hombres dirigentes, que no pierden la cabeza. He encontrado a Negrín, presidente del Consejo, calmo, fuerte, resuelto. No fuí yo, sino él, que me'manifestó : '' Decid a vuestros amigos que no se desalienten. Decidles que nos· ayuden a vencer, en lugar de desesperase o gemir.' Y agregó : '' Si Guillermo II y su último canciller-, Max de Baden, no hubieran perdido la cabeza, las cosas hubier..an tenido · otro rumbo para ellos.'' Y es suya también esta frase: '' En la gu·erra, como en el box, se cuentan los golpes que se dan, no los ·que se reciben". He visto a Prieto, ministro de la Defensa Nacional, en su puesto de trabajo, amargado hacia todos y un poco también hacia_ sí mismo, pero firmemente decidido a no dejar nada de intentado para mudar la suerte de las cosas. El compañero Lamoneda; secretario de nuestro partido, así me habló : '' Decid en París, que no se preocupen de nuestras personas, pero sí de las armas, que nos faltan.'' Por últimó, es el compañero Díaz, secretario del partido comunista, que tuvo la serenidad de contestar a algunos de sus mismos camaradas, que no saben resistir a la tentación de afirmaciones polémicas izquierdistas, que, en la áctualidad, la situación no se resuelve con frases, pues el único problema a resolverse de verdad es : ''Vencer la guerra''. '' En nuestro país, agregó, sólo subsisten, hoy como ayer, las condiciones objetivas que hacen imprescindible, en el interés ' de' todo el pueblo, la existencia y la vigorización de un. régimen democrático : en cambio, faltan las condiciones que pueden hacer pensar en la instauración de· un régimen comunista.'' Y, alrededor de los líderes militares y políticos, hay la gran masa de los MATTEOTTI- xiv ANIVERSARIO e 14
RkJQdWJsaXNoZXIy MTExMDY2NQ==