Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

manas, la violencia, al querer sustituir a los motivos éticos en las relaciones sociales, los paraliza y elimina. "Nos basta la fuerza" dice el fascismo triunfante y éste es su error, porque la fuerza no bastaba ni siquiera en las primitivas agrupaciones de las hordas humanas, en los umbrales de la historia. Milenios de evolución han reducido el reinado de la fuerza bruta, subrogándola-éon creen- -cias, leyes, costumbres y preceptos éticos. Es verdad que la técnica moderna ha dado hoy una eficacia centuplicada a la violencia; basta un individuo armado para reducir a cien o más. Pero esta misma técnica, que crea el complicado engranaje de los grandes establecimientos industriales, que necesita de la precisión y meticulosidad de los laboratorios científicos, que une las partes más lejanas de la tierra con medios a los cuales el coraje, la constancia, la energía humanas confieren seguridad, reclama y presupone ciertas cualidades éticas, cierto grado de solidaridad humana que lentamente, pero con toda seguridad, se ven asfixiadas en un ambiente de violencia y de arbitrio. Violencia y arbitrio, esenciales a Ja existencia _del fascismo, resultan incompatibles con las exigencias de la sociedad moderna. Porque la necesidad de valores morales no es una mera frase retórica, sino una realidad concreta de cada día. La mayor parte de nuestras relaciones finca sobre la fe en el prójimo. ¿ Qué medios de control tendremos para convencernos de que el farmacéutico o el laboratorio d~ especialidades médicas nos dé la medicina que pedimos? ¿ Cómo podremos establecer la honestidad d~l médico, la escrupulosidad del electricista o la del óptico? ¿ No nos confiamos en ciudades extranjeras o en . pleno campo, al primer chauffeur desconocido? Es un grave error suponer que la vida moderna podría supriip.ir la necesidad de la fe entre los hombres. Esta necesidad, por lo contrario, ha aumentado, y presupone hoy día mayores valores éticos, porque la fe es imperso- . nal, mientras que en un mundo pequeño, de relaciones simples, se basa sobre el conocimiento individual. Suprimida la fe la vida moderna se torna imposible. Cuando por primera vez nos hemos preguntado si podíamos enviar tal carta con un barco italiano o con un avión alemán, dimos nuestro primer paso h'acia ese infierno de desconfianza universal que nos están preparando los jerarcas, quÍenes desde hace mucho tiempo han sustituído a la fe la coraza de acero y el automóvil blindado con vidrio a prueba de balas. Y es fatal que el fascismo elimine automáticamente y sistemáticamente los motivos éticos de la vida social. Un poco, por razones psicológicas, porque la gente que tiene un alto sentido del deber lo tiene, generalmente también, de la propia dignidad. En consecuencia, no Ge pliega al régimen, pierde sus medios de vida y desaparece como individuo o en la descendencia. Después, el desprecio de· la palabra empeñada, del sentido de justicia y de piedad,· ostentado en la política, conduce a una baja en el nivel moral del ciudadano individualmente considerado. El . empleado postal que por imposición del régimen se ve obligado a violar el secreto epistolar, no aprenderá a ser fiel a su deber eri semejante· escuela. La inmoralidad oficial corroe todo el engranaje de la vida. . ¿ Deberá entonces nuestra fe en el porvenir, basarse únicamente en la certeza de que el fascismo es roído por un cánMATTEOTTI- XIV ANIVERSARIO• 6

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