Dr. G. E. MODIGLJANI (Ex Diputado al Parlamento Italiano) MARTIR HUMANO No pocas veces los mártires se preparan al sacrificio que los inmortalizará, alejáHdose preventivamente de sus~similares. Se aislan en sí mismos; obedecen a una instintiva necesidad de substraerse a todo lo que pudiera retenerlos en el momento supremo: pero los impulsa a este alejamiento también la sensación, más o menos consciente de su propia superioridad. De ahí, aquel no sé qué de excesivamente sumiso, estaría por: decir: de genuflexo, que caracteriza la admiración de los que conservan y evocan el recuerdo -de estos mártires "alejados". No así por lo15mártires que permanecen profundamente, espontáneamente, " humanos " hasta el fin; por los que van al sacrificio como a un acto del que no se enorgullecen, pero que aceptan con toda sencillez, como un deber natural de su existencia predestinada. El recuerdo de estos mártires inalterablemente humanos, no nos hacen doblar las radillas, más bien nos hacen sentir la necesidad de apretarlos sobre nuestro corazón. Aparecen como hermanos infinitamente queridos, antes que como maestros _insuperables. Giacomo Matteotti es de estos últimos. Valdría la pena investigar cuanto ha influído para darle la \ íntima comprensión de los sufrimientos humanos, la miseria infinita de los campesinos del Polésine, en medio de los' que nació y en medio de los que pasó toda su juventud. Así como valdría la pena buscar cuanto han contribuido las tradiciones " carbonaras " de la familia materna, a hacerle entencte·r, muy pronto, que la miseria de nuestros semejantes no exije solamente piedad ( sino más bien que se la alivie y se la suprima. · Lo cierto es que, no bien ·fué dueño de sí mismo, no bien hubo pedido y contratado, en un largo curso de estudios ~ociológicos y económicos, todas las armas para la batalla que le había impuesto el sentimiento antes que la razón, nosotros lo hallamos, en seguida, en el acto de dar y de darse en favor del rescate obrero, sin pausa, sin ahorro, pero en silencio. La gran exterminad.ora de los humildes, la guerra, segaba los campesinos con preferencia a los demás. - Ya Giacomo Matteotti, elegido por los campesinos, no titubea un solo instante en levantarse contra la guerra, desde su banca de la provincia de Rovigo.El gesto le acarrea una condena tonta, aunque no grave. Sin embargo esta MATTEOTTI
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