JOSÉ VENEGAS :LOSMEJORESITALIANOS Todo el poder de los dictadores es insuficiente para destruir el altar que las criaturas levantan en su corazón a los hombres inflamados por ansias generosas. En ese altar está Matteotti, y ya puede Mussolini lanzar todos los discursos que quiera, imponer todos los silencios, mandar grabar todos los bronces y esculpir todos los mármoles. En el corazón de los italianos mejores y en el de todos los hombres libres del mundo está el nombre de Matteotti. Si aho'ra su pueblo tiene que pronunciarlo en voz baja, dia llegará en que lo grite a todos los vientos y lo pronuncie como lo que es: una bandera de libertad y de justicia. El proceso del derrumbamiento del fascismo está abierto ya. No hace falta llegar al final de la guerra civil española para pronosticar que el fascismo tiene ya en su entraña la herida mortal que ha de acabar con él. Su intervención en España lo ha desenmascarado totalmente ante el mundo, está obligándolo a sacrificios enormes y no le asegura la victoria. Aunque la admitiésemos, sería una victoria pírrica. No podrían saborearla, porque no podrían tener un minuto tranquilo. La herida está abierta y por ella ha comenzado a desangrarse el fascismo. Incluso, se puede afirmar algo que a primera vista parece un contrasentido: si ganase en España, tal como se le han puesto ya las cosas, acaso se desangrará más aprisa. Porque si no gana procurará envolver su aventura, disimularla, cohonestarla al final con estas o las otras actitudes. España no va a plantear batalla contra ellos en sus propias casas. Y así podría mantenerse un tiempo. Pero si ganase tendría que hacerlo ya volcándose de un modo tan terminante y tan considerable, que no podría detenerse en la frontera, ni podría retirar de España sus tropas de intervención, ni podría hacer frente a sus problemas económicos. El final irremediable sería la guerra europea. Y ahí acabaría para siempre. Por eso decimos que, aún admitiendo los propios supuestos fascistas, el fascismo ya tiene la herida que acabará con él. , Pero esto no importa para dedicar un conmovido recuerd·o a Matteotti. Este italiano ilustre se enfrenta con el fascismo, lo desafía y da su vida sacrificándose por sus ideales. Él, como otros muchos italianos, son los que salvan a su país, los que hacen que el nombre de Italia sea amado en el mundo, los que la redimen de la brutalidad y de la injusticia del fascismo. En estos momentos los italianos verdaderamente patriotas, los que de verdad aman noblemente a ese pedazo ilustre del planeta, donde cuajó la gloria de Roma y la gloria del Renacimiento; son los que apoyan al pueblo español en su lucha por la libertad. Con el nombre de Garibaldi como bandera, con el nombre de Matteotti como insignia, hay muchos italianos en tierras de España dando su sangre, exactamente igual que la dió Matteotti. Con esos hombres se construirá no la grandeza de Italia, sino la grandeza de la humanidad. JOSÉ VENEGAS 18 ________________________ MATTEOTTI
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