Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

rra golpeaba en nuestros corazones y denunciamos la fatal mistificación de la guerra revolucionaria y de la guerra democrática. • Cuando en Europa, y tal vez también en Italia, se creía que Mussolini apelaba al bluff y estaban tentados a no tomar en serio la amenaza de guerra, el comité de unidad de acción de los socialistas y comunistas tomaba la resolución de organizar un congreso de los italianos en el exterior contra la guerra de Africa -congreso que se realizó, estallada la guerra, el 12 de octubre en Bruselas, en una atmósfera de indecib~e pasión italiana, revolucionaria y, socialista. · El Partido Socialista, en &uConsejo general del 14 de julio de 1935, en París, denunciaba en la guerra de Africa un trágico diversivo a la crisis interna y un atentado contra la nación. Indicaba como camino de salvación la unión de todo el pueblo trabajador contra la opresión fascista y la insurrección 'popular contra los verdaderos enemigos de Italia que están en Roma y no en Abisinia. La Internacional Socialista, repetidamente CI} el curso del año, se ha pronunciado contra la guerra haciendo un llamado al mismo tiempo a la acción del proletariado y a la iniciativa de la Liga. Los Partidos Socialistas del mundo entero, el inglés y el francés en primer término, tomaron posición contra la guerra, denuncian o en la batalla ginebrina sobre el procedimiento una pérdida de tiempo fatal para la paz, fatal para la Liga, para Italia, para todos. Pero el aparato policial y terrorista de la dictadura conseguía en gran parte impedir no sólo la circulación de prensa clandestina, sino también la de la:; ideas y noticias. Nunca, como este año, hemos sentido ·el peso y la injusticia del exilio, mientras, con la complicidad del engaño, • la nación era arrastrada al patíbulo, mientras un solo hombre sobreponiéndose a la nación decidía su destino a la vez engañado y engañador, traicionado y traidor, corrompido y corruptor, en un ambiente de falsas adulaciones de silencios sin consentimientos, de resignación y de miedo. Nunca, como este año, hemos medido los alcances del delito que se comete contra el destino de un pueblo, imponiéndole la ;,oluntad de uno solo y quitándole de las manos el arma de la crítica, para terminar después, como está en la lógica de las cosas, baj? la implacable crítica dé las armas. Hay una responsabilidad que los socialistas queremos reivindicar :uite los obreros, que son nuestros jueces naturales y ante nue.stros hermanos italianos de cualquier convicción política y de cualquier situación social, la de no haber retrocedido antes del 3 de octubre ni después ante la responsabilidad de pedir la aplicación de las sanciones. Si la Sociedad de Naciones, si Francia en particular, hubiesen hablado claro desde el principio del conflicto ítalo-etíope, de moc:fode ha47 • MATTEOTTI • XII ANIVERSARIO

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