Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

I • cabá netamente que sobre todos los terrenos la experiencia daba pérdida. La potencia insolente de los grandes trusts capitalistas que manejan al fascismo -la Edison, la Montecatini, la Fiat, la Cosulich, lá Pirelli, la Viscosa, etc.- tenía cómo contrapeso la miseria de las masas, la proletarización de las clases medias, la expropiación de la pequeña y mediana propiedad. El oro huía y en el curso de un solo año las reservas áureas del Banco de Italia se reducían de 7.105 a 5.811 millones de liras. La agricultura se debatía en inmensas dificultades. Los trabajos públicos pagaderos con amortizaciones efan cada vez más raros. La desocupación aumentaba. La gran máquina corporativa puesta en movimiento por el "duce" el 10 dr. noviembre con gran pompa, giraba en el vacío, sirviendo apenas de pretexto para la creación de una nueva burocracia. Típico es un artículo del Lavoro Fascista, en el cual se parapetan, frente al constatado fracaso del experimento corporativo, acusando del desastre '' a la insuficiencia material, cuantitativa, •potencial de la economía nacíonal'' y donde ::;eafirma que. "hasta que el nuevo Estado no pueda disponer de una mayor independencia económica la consecución de la justicia social estarli condicionada a toda una infinita serie de "adaptaciones" que impedirán siempre a sus acciones 'una realización integral". Afirmación ésta que, transferida del plano colonial de un milita- , rista, en que la coloca la hoja fascista, al de la independencia económica del Estado italiano en sus relaciones con el capitalismo, podría también ser aceptada por nosotros. En efecto, el Estado italiano, necesita una gran independencia económica, pero no la tendrá llevando a cabo guerras coloniales por cuen_tade los capitalistas, no la tendrá endeudándooe cada día máJ!i;pero la tendría liberándose políticamente de la dominación de los capitalistas. La reforma agraria daría· al Estado italiano y a las masas populares esta mayor independencia económica, mientras en cambio la guerra colonial impedirá más aún. la independencia del Estado frente al capitalismo italiano y al extranjero. Pero Mussolini llegado al vértice de su poder, no toca el monstruoso privilegio al que se debe que 12.420 propietarios posean casi la mitad de la tierra cultivada; no toca los grandes monopolios capitalistas de la energía eléctrica, de la metalurgia, de los productos químicos, de la navegación, del automóvil, de la goma, del azúcar, etc., los cuales se han reforzado a la sombra del líctor, pero hace la guerra, manda además a los obreros y campesinos a morir en los desiertos etiópicos y cumpliendo de manera original y singular una vieja promesa del fascismo da la tierra a los campesinos bajo forma de una fosa común bajo el .sol implacable de Etiopía. Digamos, no para justificar, sino para explicar los hechos presentes, que Mussolini no ha engañado al país desde su punto de vista. En MATTEOTTI • XII ANIVERSARIO

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