Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

de julio 1935 al Echo de Paris: "Este asunto (Etiopía) ha nacido en el espíritu de Mussolini, ha germinado, se ha desarrollado; es una obra suya y sólo suya". Mussolini mismo ha reconocido su responsabilidad en decenas de entrevistas y especialmente en el coloquio sostenido con el señor de Kerillis (ver Echo de Paris del 21 julio) donde ha dicho: "He reflexionado mucho. Preparo (la guerra) con minucioso cuidado. No procedo a impulsos, ni a ciegas". Y más adelante: "Pienso por Italia como han pensado por Inglaterra los grandes ingleses que han formado su imperio, como han pensado ºpor Francia sus colonizadores". La dificultad para Italia es que los pensamientos de Mussolini llegan con retardo de un siglo y se ·traducen en realidad en una épo'ca de crisis general y de decadencia del capitalismo, mientras el colonialismo en todas partes está en crisis y mientras el mundo se debate no en una crisis de carestía, sino en una cri!,is de sobreproducción. La otra dificultad es que la preparación minuciosa de Mussolini, no ha impedido -una acumulación •impresionante de disparates, uno más grande que otro. En toda esta actividad que pone en juego el honor, el porvenir, la vida misma de la nación, la vida de centenares de m'iles de sus hijos, se tiene la impresión que Mussolini haya procedido contando exclusivamente 'con su estrella. Su ciencia diplomática resultará ser de la misma naturaleza que la ciencia militar del general Molteni, ministro de guerra de Crispi en tiempos de .A.dua, quien al general Baratie~ que le expresaba sus temores sobre la campaña respondía: "No tem·a nada; yo soy afortunado; y bajo mir; órdenes también en .A.frica todo debe marchar bien". La buena estrella del general Moltent no evitó .A.dua. El pacto de la sociedad de naciones permitía a Mussolini poner sobre el tapete el problema abisinio, ya sea a través del artículo 19, sea a través del artículo 22, vale decir que podía pedir una revisión del estatuto territorial o plantear la cuestión de la incompatibilidad del gobierno del "Negus" para sentarse en la Sociedad de Naciones. Mussolini ha desdeñado estos medios pacíficos para recurrir a los de la fuerza, los únicos que entiende. Ha hec'ho más: ha deliberadamente descartado todo procedimiento conciliador, comenzando por declinar la mediación del ministro inglés Eden, rehusando tomar en consideración las propuestas de la Conferencia de los Tres en París (16 agosto) y' rechazando, por fin, con la decisión del consejo de ministros del 21 de septiembre el plan formulado por los Cinco por ·encargo del Consejo de la Sociedad de Nac1ones. Nóter;e que los Cinco, en abierta violación con la proclamada soberanía de Etiopía, habían hecho a Italia concesiones político-económicas que abran la vía a un medio protectorado. Diciendo "no", Mussolini ha demostrado que la guerra le interesaba MATTEOTTI e, XII ANIVERSARIO

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