Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

El triunfo de la • mentira ■ Desde que existe el mundo, la mentira ha sido instrumento de dominación y de opresión y, desde los albores de su existencia, el hombre ha mentido a sí JnÍSmo para hacer menos pavoroso el mundo que lo rodeaba. En las mentes primitivas esas dos formas: la mentira y la autoilusión casi se confunden. El sacerdote de una tribu salvaje, el curandero o brujo, tal vez de buena fe, atribuía a la falta de ofrendas el mal tiempo, la langosta y el terremoto, sin por eso despreciar las ventajas prácticas de los dones con que. los fieles intentaban aplacar la divinidad ofendida. Hasta tanto las nociones son crepusculares no hay límite definido entre automistificación y engaño del prójimo. Pero, con el progresar del conocimiento las clases dominantes siempre se han preocupado de distribuir· sistemáticamente luces y sombras. Al empezar a distinguir con bastante claridad han realizado todos los -esfuerzos para mantener ,la oscuridad en los cerebros de las clases oprimidas. En el templo del oráculo de Delfi se han descubierto pasajes practicados en la roca a través de los cuales los sacerdotes llebagan a la Pythia, presa de sagrado delirio, para sugerirle el consejo divino. Así las decisiones políticas o privadas, desde el lugar sagrado, eran orientadas de acuerdo a la conveniencia de los poderosos. Y los creyentes recibían ~l oráculo como palabra divina. Cuando Napoleón entró en Nápoles triunfante, el milagro local que debía verificarse, precisamente entonces, no ~e produjo: la sangre de San Genaro no quiso hervir. Para la plebe era esta una señal de mal agüero. Napoleón, sin embargo, tomó la cosa desde el punto de vista práctico e hizo saber al arzobispo que habría tomado represalia¡; contra el 'clero si al día , siguiente la sangre del santo no hervía, Y, al día siguiente, la ·sarigre hirvió, ¡y cómo hirvió! La mentira, como arma política, es por lo tanto, antigua y archiantigua. Pero nunca fué como lo es hoy, un inmenso poder, un eriemigo público número uno. Quien dominaba mantenía con todo cuidado la ignorancia de los dominados. Hasta el año 1797 en el Est_ado ·de Massachussets, mutilar a un esclavo era delito menor que enseñarle a leer y escribir. Cuanto más grande era la ignorancia de la masa tanto menor era su peso político, Ba,staba una pequeña cantidad de mentira para manejarla, Bastaba influenciar su estado de ánimo, bastaba que hirviese la sangre de San Genaro. Hoy no 19 • MATTEOTTI • XII ANIVERSARIO

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