Un islote democrá- . tico contra el ·oleaie fascista La República Checoeslovaca; de todos lm Estados que después de la guel'l'a fueron creadors o exnovo o formados con la reunión ·ae las partes del territorio de la antigua monarquía austro-húngara, habitadas por miembros ele la misma nacionalidad, es el único que conserva aún la forma y el contenido de su constitución derno-- crática. Alemania y Au13tria fascistas, Hungría y Polonia bajo dictaduras con un parlamentarismo ficticio, he ahi cómo Checoeslovaquia se ha convertido de verdad en un islote democrático erguido contra el ambate del oleaje fascista. Por ello mismo es un Estado extraordinariamente importante para la democracia y para el movimiento obrero europeo, mucho más importante que lo que corre<~pondaa su extensión y a su población (]40.394 kilómetros cuadrados con 14.700.000 habitantes). Ningún paíi::;ni Estado europeo está inmune totalmente del fascismo. En todas partes existen terratenientes que coquetean con un plan de exclusión de los trabajadores de la vida política; en todas partes existe una juventud desviada por las apariencias románticas y la fra. eología heroíca del fascismo. 'l'ambién en el pueblo checoesloYaco existen tendenciai3 fascisti- 33 zantes. Pero carecen de importancia, porque este pueblo mantiene sólidas las antiguas tradiciones democráticas. En la medida como el absolutismo de la vieja Austria fué debilitándose, el estado imperial se vió precisado a hacer concesiones democráticas, y en esa medida el pueblo checo pudo desarrollarse política y culturalmente. Este purblo ha conquü,tado su independencia nacional)' su emancipación en una revolución democrática contra el semi-· absolutismo awstríaco, en un movimiento en el que tomaron parte todas las clases clel pueblo checo. A la tradición democrática del pueblo checo se suma la gran autoridad del Presidente lVIasaryk, el jefe de la revolución checa, un' demócrata convencido, cuya inspiración democrática nace de una profunda sabiduría y ciencia. Pero la República Checoeslovaca, no sólo e:stá poblada por checos y eslovascos, sino también por minorías nacionales de todas las nacionalidades cuyos Estados son limítrofes de Checoeslovaquia. La más importante es la minoría alemana, casi 3.250.000 almas que viven casi todos en ma1sas agrupadas -compacta.mente en las zonas fronterizas con .Austria y Alemania. Existen además 750.000 magiares, casi medio millón de ukranianos y 75.000 polacos. Es natural que un movimiento político como aquel que ha agarrado a Ja población alemana proyecta sus ·olas más allá de sus fron-
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