del yugo tfránico al pueblo italiano. Las clases medias, la pequeña burguesía, Jas categorías de profesionales y de empleados que asimismo - tal vez en gran parte inconscientemente - tanta culpa tuvieron en la sangrienta ráfaga que se abatió sobre los trabajadores y sobre sus institutos políticos y de clase, deberán acabar por · hacer bloque - hay síntomas bien promisores - con el proletariado. Empero, los partidos que tienen el derecho y el deber de representar ese bloque, son los que deberán, de hoy en adelante, tomar la dirección del movimiento antifascista, y exclusivamente ellos. Los flanqueamiento1s de los partidos, grupos o entidades calificados como burgueses - más o menos - deberán ser acogidos con benévola desconfianza en el mismo movimiento. Naturalmente, no deberán ser asustados con inútiles intransigencias clasistas las que, por legítimas que sean en sí y necesarias para la orientación finalística por la que deben consolidar la acción común socialista y comunista, serían prematuras e inoportunas 1sobreel terreno de una previa y resuelta táctica de~noledora por la cual es necesario utilizar todas las· fuerzas, evitando disensiones de carácter doctrinario. Hay que recordar que las conjuraciones secretas han tenido una grande y decisiva influencia en el '' Risorgimento' ', que llevó a la independencia de Italia y por la demolición de los regímenes tiránicos mantenidm por el poder temporal de los papas. · La palabra ele orden de la "Giovane Italia" mazziniana fué "República"; sin embargo, vino la monarquía .• El programa triunfó así solamente por la mitad. Mas si hubiera fallado también esa obra de las. élites de conjurados y de complotados que se conformaron -en- 32 tre ellos los más fervorosos pioners de la idea republicana- de la realización de sus aspiraciones más urgentes;·¡ quién sabe si y cuándo aquella mitad del programa hubiera triunfado! En tiempos de tiranía las sectas secretas desempeñan un papel de gran importancia para el buen éxito de la táctica revolucionaria, y, por com3iguiente, de los objetivos más a,ptos a crear el ambiente propicio al desarrollo del programa máximo. Para los partidos de clase, pues, programa máximo '' in pectore'' ; para el pueblo, programa de acción inmediata vuelto a aquella realjzación que el pueblo mismo espera ansiosamente como más urgente de la misma propaganda de cualquiera concepción del porvenir, que de toda manera no debe ser descuidada, pero realizada '' cum grano salis' '. El abatimiento del régimen tiránico y el alivio de la libertad completa de todo yugo político debería 1ser la palabra de orden más insistente de los herederos de la '' Concentrazione'' antifascista. En cuanto al resto, bastará repetir que los regímenes político-económicos anteriores al fascismo, no tienen ya ni el dereeho de esperar su restauración. Y será el camino má¡:;seguro y más corto para el advenimiento de los partidos de clase al gobierno de la cosa pública en un primer tiempo y para la redención completa del proletariado en un tiempo no lejano. G. PARPAGNOLI
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