Pagine di quotidiani e riviste dedicate a Giacomo Matteotti - 1925-1974

nes de Europa, se puede obtener sm guerra''. El Gobierno de Salandra continuaba las negociaciones y a comienzos de 1915 Sonnino era favorable a un acuerdo con Austria. La. intransjgencia austríaca lo indujo a buscar el "_ba~tante" _d~~a entente. Las negociac10ne13se m1ciaron de esta otra parte - sin interrumpir las de la otra - hacia mitad de febrero y hay motivo para creer que a comienzo:-sde marzo la. decisión italiana de entrar en guerra al lado de la entente estaba ya formada (2) . La situación en Italia se tornaba cada vez más aguda. La interrupción de la emigración, la crisis de los transportes, la prP.paración febril de los armamentos determinaron en Italia una crisis del trabajo, de la materia prima y de las finanzas del Estad-o. Se había aumentado el precio del pan. Los conflictos y manifestaciones se multiplicaban. A fines de febrero hubo revueltas populares· en Nápoles contra el encarecimiento del pan, tumultos en Scandiano, provincia de Reggio Emilia, la Municipalidad de Viareggio fué invadida. '' A la agitación contra la guerra se agrega la agitación de varias regiones italianas donde escasean o faltan del todo el trabajo y el pan. Las Pullas, por ejemplo, están en llamas" ... En marzo '' todo el Venefo está en tumulto por la falta de trabajo y la carencia ~ pan" y siguen los disturbios en las Pullas ( 3). Las elecciones complementarias en Bologna y en l\ifontecchio clan un estrepitoso triunfo a los candidatos socialistas, Brunelli y Zibordi, y realizadas con la platafor- (2) Así resulta ele los documentos publicados por el senadcll' Salatta en Nuova Antologia: "Una polémica austro germánica sobre la neutralidad y la intervención de Italia" (1934, pág. 337, 356). (3) F. Angiolini, Socialismo y socialis- 22 tas en ta.lia, II, pág. 1152, 1158. ma: en pro o en contra de la guerra revelan la hostilidad creciente de las poblaciones especialmente de las rurales. ·Pero el gobierno italiano que ya se ha decidido por la guerra, se da cuenta que, '' dado el estado de ánimo de la pob!ación, no podrá arrastrar al país a la guerra sin violentarlo e imponerle la mordaza''. De ahí las medidas contra el derecho de- reunión y contra la libertad de prensa, que constituyen el primer asomo del futuro régimen de los plenos poderes. Los repúblicanos y la guerra Los intervencionistas plantean su campaña. como flanqueadores del gobierno a quien quieren influenciar en su favor. Es cara:cterístico, a este propósito, la actitud del Partido Republicano, que el 2 de abril lanzó un manifiesto que es al mismo tiempo una amenaza y una incitación a la unión nacional. Los republicanos -se dice en él- que "en el supremo interés de la patria hasta empujaron a la monarquía a -la empresa, no dejarán sin venganza la tración ". La traición, ·entendamos bien, consiste en el acuerdo con Austria, que von Bulow está negociando en Roma. Se multiplican las manifestaciones en favor de la intervención con loo aliados, en ocasión del viáje a Italia de los hermanos Garibaldi, Peppino y Ricciotti; los '' Fascios'' se movilizan contra las negociaciones y exigen que no se convoque la Cámara que debe reunirse el 12 de mayo. Los intervencionistas temen que Giolitti pueda hacer derribar por su mayoría al ministerio Salandra·, ya decididamente favorable a la guerra. El Partido Socialista, que ha destinado el día 21 de febrero como jornada de agitación nacional en contra de la guerra, sigue organizando mitines en todas las ciudades, no obstante las

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