ti dente del Consejo que qms1era apelarse, a través de la procedura del articulo 47 del Estatuto al juicio de la superstite mayoria criatura suya, a la cual él ya prudentemente recordo una responsabilidad comun? ... Cuando él mismo, en plena Camara, y entre los aplausos de los suyos, tomo sobre si toda responsabilidad politica, historica y moral de lo acaecido, ya no se trata de formular una acusacion o dar un voto politico, sino que queda abierta y en manera siempre mas temible para con los indiciados, la cuestion de las individuales responsabilidades juridicas". Para escapar a estas responsabilidades juridicas, las unic~s que Mussolini no aceptara, el fascismo, el 3 de enero, impuso su dictadura, amordaz6 a la prensa, quit6 el proceso Matteotti de las manos de los magistrados que habian dado prueba de un minimum de independencia, lo confio a sus criaturas serviles, que fueron mas tarde premiados con puestos y i honores especiales, concedi6 el 31 de julio de 1925 la amnistia que libertaba a Rossi y a sus socios y eliminaba de la escena del proceso a los acusados peligrosos, porque éstos se defendian acusando a Mussolini y luego, en mayo de 1926, hizo celelm~:r delante de la Corte de la Asises de Chieti el proceso en contra de los autores materiales del asesinato Matteotti. Aquel proceso fué una siniestra comedia a la cual, la actitud firme y generosa de la sefiora Velia Matteotti y de sus patrocinantes - especialmente Modigliani - quitaron todo valor .. Tal comportamiento lo determinaron ellos con tres documentos que perteneccn a la historia y que reproducimos. El primero es la carta de los abogados de Parte Civil a la viuda de Matteotti, que dice: Seiiora. Nosotros hubiéramos estado en cualquier caso a sus ordenes si usted hubiera todavia creido (por una insindicable razon sentimental) de presenMATTEOTTI VELIA MATTEOTTI. Era dificil llevar con dignidad y con firmeza cl nombre Matteotti. Velia Matteotti lo ha Jogrado, personificando en la mas digna forma el Dolor y la Justicia. La carta en la que la gran Compaiiera del Martir reivindic6, frente al tribunal de la Historia, sus derechos y los de sus hijitos y rechaz6 prestarse a la indigna comedia de Chieti, es uno de los d.ocumentos humanos y morales que honran la humanidad. N uestros lectores la leeran, o la releeran conmovidos, y su pensamiento correra a la casa desierta y desolarla donde una mujer, dignisima entre las ma~ pi~nas. y donde los hijos de MatteQj,t~ · esperan que suene la hora de la jtisticia, para ellos y para torlo el pueblo italiano, en cuyo servicio Matteotti combati6 y muri6. tarse a la audiencia y participar, asistida por sus patrocinantes, al miserable rito que en Chieti se dice de! cumplir: porque un deber sentimos sobre todos: servir la viuda de nuestro heroico compafiero; mas habiéndo.
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