ALBERTOCIANCA Matteotti y Améndola ALBERTO CIANCA: Exiliado desde noviembre de 1926, representa en el seno de la emigracion politica italiana, el periodismo liberal. Era en Roma, director del "Mondo" y del "Risorgimento", los dos diarios eri los cuales, el Hon. Améndola, con riesgo de su vida, llevo a cabo su vigorosa campana contra cl fascismo y contra Mussolini. En el destierro, Alberto Cianca, no ha abandonado la piuma, y dirige, junto con Giannini, cl "Becco Giallo'', mientras dedica la mayor parte de su actividad politica a la Liga Italiana de los Derechos del Hombre. GIACOMO ::VlaUeotti ha precedido a Améndola en el cami110 del martirio. Rccucrdo todavia la impresion angustiosa y ùc horror que hel6 a Améndola cuando ·e difunc1i6 la primera noticia del crimen cspantoso. Parecfa quc, incapaz de dominar el scntido de sn humanidad hondamentc herida, no pudiese adaptarsc a aceptar una realidad tan mostrno;..a, corno era aquella en que cl fascismo y su jcfc revelaban al ùcsnudo la rnindad de sus almas. Y c11 los primeros momcntos 110 crcy6 posible que sobrc cl pueblo italiano pudiera continuar, a pesar de la lnl'millaci6n y el cugafio dc un g-obiento criminal. J uzg-6 quc la horro.rosa grnYcdad del delito, arrollaria al mandante junto con sns sicarios y que la indignaci6n del alma popular habrfa llamado el poder supremo a la cons- . ciencia dc sus rcsponsabilidades politicas y moralcs, frente al pafs y fren- . te a la historia. :B-,uécsta concepci6n cl caracter prevalentemente moral, la que detemnin6 toda su acci6u y fueron igualmente morale:; las razones supremas que lo empujaron a propulsar y mantener la secesi6n parlamentaria, de la cual asumi6 con orgullo toda 1·cspo11sabilidad y sobre cuyo significado poli'tico asf se expres6 en uno dc sus iiltimos discursos: "En cierto momento de nuestra vida piiblica, frente a un hecho que ALBiRTO CIANCA. <1cmu;:;traha corno la acli\·idad parlarnentaria fuera del toclo frustrada en sns rcsnltados normalcs por un sistc11111 clc violcncia, dc oprcsi6n y de amcnaza,;, const.rastantc en pleno e irrcd nctiblcmentc ron la funci6n del parlamento, nosotros hcmos querido afinnar (y nucstra afirmaci6n tenclra rnlor hist6rico cn los analcs del Parlamento) quc cl dcrccho parlamentario del pueblo tiene quc ser pucsto 1m1s alla y por cncirna dc cstas formas dc Yiolencia, y quc toda tentativa dc ccrccnar la actividad parlamentaria bajo el co11tralor de la fuerza es un acto de falsificaci6n que cl pais dcbe rechazar. El caracter de los trabajos parlarnenlarios nos lleva a esta conclusi6n: quc la acci6n de .todo parlamento se hace dc llcno o i10 se hace para nada. E··te es cl sentido del Aventino, y yo creo que nuestra intcrpretacion, cn un mariana, cuando podamos mirar con sercnidad de juiciu los acontccimientos que se han dcsarrollaclo, tendra un caracter sobre el cual no sera posible elevar la menor eluda; csto es: cl caractcr de la mas
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