y azuza en el pais las iras vengativas y sanguinarias de los eamisas negras, arranca a la monarquia sus primeras concesiones esenciales, corno la crcaci6n de la milicia y del gran consejo fascista; prepara la ley electoral que debera ascgurarle una mayoria, adicta y fiel hasta el delito. Uno a uno, sus colaboradores cat6licos, liberales y moderados - de Cavazzoni a Casati - son obligados a abandonar el poder y a pasar a la oposicion. ( i Ay, demasiado tardej ) Desde las elecciones del 6 de abril del afio 1924, desde el asesinato de Matteott,i, culpable de haberse levantado en su banca de diputado para desenmascarar el fascismo, la dietadura existe de hecho, se ejerce en toda su brutalidad en las provincias, pero se esconde, en Roma, bajo apariencias de legalidad. Su fecha oficial de nacimiento es el 3 de enero de 1925, dia en que Ja ola de indignacion que se desat6 contra el régimen después del asesinato de Matteotti y que estuvo a punto de derribar a Mussolini, fué aniquilada; el fascismo, sostenido por la monarquia, ha vuelto a tornar el -dominio de los acontecimientos; el Aventino es traicionado, es vencido. Mussolini anuncia desde la tribuna parlamentaria la instauraci6n de la dictadura. Creyéndose salvador del Estado, acapara para si y para su banda el Estado. El renuncia a toda apariencia de legalidad. Organi,,;a la tirani.a. Los ac_. tos de esta tiranfa son notorios: se empieza por poner mordaza a la prensa, se liquida, sobre el terreno judicial, el asunto Matteotti con la complicidad de una magistratura quc sigue docilmente las 6rdenes de la banda; después, tras la serie de atentados de 1925 y 1926, vienen las leyes excepcionales; la mayorfa parlamentaria proclama la cesaci6n del mandato de la oposici6n aventiniana y de la comunista, los partidos poli.ticos y las organizaciones obreras son disueltas; todos los partidos, todas las organizaciones, las de izquierda y las de derecha, las socialistas y las cat6licas; basta de prensa; basta de disMATTEOTTI cusiones, basta de libertad de opini6n ! El silencio, el absolutismo. La vuelta al estado de policia. Todas las Monumento a Matteotti en la Casa del Pueblo de lruselas. libertades publicas pisoteadas. Itali~ esta transformada en una gra~1. prisi6n donde cuarenta millones 'de italianos no tienen ningun derecho politico: un ~.ombre ha<;e la ley, un par-
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