quier nación del mundo, ya sea gobernada por el propio Estado (el constituído por la burguesía o la casta dirigente nacional) o por un Estado extranjero (de otra nacionalidad), alberga en su seno clases antagónicas e irreconciliables: los detentadores del poder o explotadores y los gobernados o explotados, en lucha continua de eliminación, en el caso de los explotados, o de control en el caso de los explotadores. Las ideas nacionalistas defendidas en la « izquierda ,, por el Komintern (111Internacional dirigida y controlada por el • padrecito » Stalin) se basaron en una política de alianzas frentepopulistas que encontró excelentes sucesores en los • camaradas » Mao Tse Tung, Ho Chi Ming y comparsas, ídolos del marxismo-leninismo. Estos, con título meritorio en su ,defensa por la « derecha » de los EE.UU. y el resto de -los países democráticos, son ejemplares dirigentes de la lucha contra la « dictadura comunista ", que dieznaron a los vietnamitas y varios otros pueblos, que pillean la America india y el Tercer Mundo, matando de hambre o con indigestion de plomo a las dos terceras partes de los habitantes de la Tierra. En la actualidad, estas ideas nacionalistas continuan sembrando la confusión en beneficio de los pocos privilegiados y explotadores, dentro y fuera de las filas militantes de la revolución, desviando de esta manera a los explotados y oprimidos de su verdadero objetivo emancipador, la lucha autónoma y radical de la clase trabajadora por su emancipación de todo tipo de esclavitud. Bajo la bandera del nacionalismo se enfrentaron los obreros y clases mas humildes de la sociedad, en las dos grandes guerras que en el siglo presente ·conmovieron al mundo. Con ello, los detentadores del Poder cubrieron varios objetivos: eliminar el peligro que para su hegemonía suponía el creciente desarrollo del movimiento obrero mundial destrozando sus organizaciones y sembrar la discordia y el odio fraticida entre fos productores de los diferentes países y sumiendo ,durante largo tiempo toda idea libre en el más obscuro abismo inquisitorial. Verificando todo esto en la aludidas guerras, se ha procedido a un reparto de dominios e influencias a nivel mundial. Así, pues, cabe afirmar que las guerras son una consecuencia de la exitencia de 'los Estados y todas las desigualdades y dominaciones que conllevan. Al estar formada ·la nación actual por clases antagónicas, el nacionalismo, que abstrae ideológicamente este hecho fundamental, deberá ser necesariamente una doctrina que proclame la unidad de las clases contra supuestos enemigos del • exterior " de la nación y en aras de objetivos denominados nacio90
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