PODER SOCIAL EN ESPAf:lA mitido ·por la palabra hablada y escrita " (Barrera de lrimo, en Paniker, 1969, 193-194). En la cuspide de las decisiones, el nuevo Director, autoconsciente de la simbiosis que representa entre lo publico y lo privado, legitima su propio poder no s61o en funci6n de la expansi6n de su empresa, sino en la definici6n de tal expansi6n como contribuci6n a la impulsi6n del proceso racional de modernizaci6n ,cientffico tecnol6gica. Pero esa legitimaci6n s61o es posible, a este nivel de racionalidad Instrumental desde una 16gica de previsi6n proyectiva que se traduce en la necesidad de planificar socialmente los resultados de la propia expansion empresarial en el contexto de una planificacl6n nacional. • Tiene que haber una previsi6n social sobre cual va a ser el impacto de todas estas nuevas circunstancias tecnicas. A mf me causa dolor contemplar el desarrollo urbanfstico, en el que todavia seguimos apegados a la pura lnercia que determin6 la concentraci6n urbana, cuando la preocupaci6n primordial era defenderse. Me apena esta inercia del apiiiamiento y esta locura colectiva de hacer agujeros para meter los autom6viles dentro del recinto de nuestra ciudad amurallada. V todo esto en un mundo donde la distancia y el tiempo van a quedar superados por la tecnica. V temo que estemos construyendo una gruesa ihfraestructura que no este de acuerdo con los elementos esenciales de prevision que podfamos ya tener estudiados. Puede que estemos dando soluciones que no sean las que se deben aplicar maiiana. El sentido de la planiflcaci6n de la vida polftica en su conjunto, parece tan indispensable como el de la propia proyecci6n en la vida econ6mica. Es probable que, a la larga, no se puedan resolver muchas de las inc6gnitas de nuestra Vida econ6mica sin haber realizado previamente una planificaci6n social ( ...) (Hay que ser) lo suficlentemente avisado para ·prever, no s61o aquello que se nos encarg6 sino todas aquellas cosas que, dentro de un concepto dirigente de la gesti6n publica, deben ser prevenidas. Las grandes unidades empresariales que, como la nuestra, estan a caballo entre lo publico y lo privado deben tener un sentido muy agudo de creaci6n y de iniciativa. Y,en ese sentido, tenemos en Espana una oportunidad nueva ya que ·nosasomamos a un mundo en donde el poderfo no va a estar influenclado por las riquezas naturales, sino por la tecnologfa intelectual. Espana deberfa tomar el atajo de la revoluci6n industrial que ya ha perdido des veces. Porque lo notable es que la nueva tecnologfa tiene un coste barato; los nuevos instrumentos son baratos, y la dificultad esencial s61o reside en la capa115
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