GUERRILLAS ARGENTINAS se reclama peronlsta, toma hondos lazos en el gremio de la construcción y comienza a desarrollar una suerte de organización de choque que acompaña a las principales manifestaciones públicas del peronlsmo. Pese a sus connotaciones fllorasclstas, no se manifiesta como una organización Ideológicamente activa, ni parece pretender una independencia dentro o fuera del movimiento peronista, Interesada en la acción y la formulación de los esquemas paramilitares (voces de mando, Insignias, marchas y formaciones, etcétera) antes que en el debate de temas ideológicos menos vltallstas que la acción. 1963 constituye, en todos estos sentidos apuntados, un año clave. Por una parte, un desprendimiento de Tacuara, encabezado por Joe Baxter y Nell cumplen la primera operación de s1gn1flcac1ón de lo que más tarde se divulgarla como acciones de cguerrllla urbana>, en tanto un plenario de diversas organizaciones peronlstas reunido en Huerta Grande, provincia de Córdoba, y que encabeza el dirigente obrero textll Antonio Framlnl, da un «programa> pol!tico de corte clásicamente «anticapitalista•. La organización de Baxter, sustentando el mismo nombre de Tacuara, tendrá una vida eflmera y sus acciones se dllulrán con el apresamiento de la mayor parte de los Integrantes del grupo que asalta -primer asalto guerr!llero en busca de dinero-- la caja del Pollcllnlco del gremio bancario en Buenos Aires. Sin embargo, el marco de referencia para el desarrollo de los acontecimientos posteriores está dado por el curso de los hechos de 1963. Sobre la base de la llnea emanada del plenario de Huerta Grande, hacia 1967 se efectúa la primera reunión de la denominada «tendencia revolucionarla• del peron!smo, y que Informará, vagamente, a toda la denominada c!zqulerda• peronlsta que se desarrollará en años siguientes y alcanzará su cllmax entre 1971 y 1975. A la reunión de 1967 concurren delegados de algunas organizaciones armadas peronlstas, entre las cuales aparecen quienes se mostrarán activos en las FAP -Fuerzas Armadas Peronlstas-, sustentadores en la oportunidad de algunas opiniones desdlbuJadamente partidarias de la «guerra revolucionarla>. Son precisamente éstas -las FAP- quienes a comienzos del segundo semestre de 1968 protagonizan un Intento de guerr11la rural en la reglón de Taco Ralo, en la convulsionada provincia de Tucumán, donde una crisis social endémica, provocada por el monocultivo del azúcar y el mln!fundlo, parecla presentar un cuadro Interesante para Insertar un proceso guerrlllero. 33
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