Interrogations - anno II - n. 3 - giugno 1975

Resumert La experiencia de la Unidad Popular en Chile corresponde a. un episodio de la subida al poder de una clase tecno-burocráttca, episodio provisionalmente cerrado debido al abandono de un sector importante de las clases medias, cuyo peso era decisivo. La clase obrera ha proporcionado su fuerza motriz, pero no ha participado -o apenasa la reestructuración de la sociedad. La tendencia dominante h:i stdo la de la estatizaclón y de la planificación, frenada o desviada debido a las rivalidades entre fracciones de la clase pollttca. La decadencia y luego el derrumbamiento económico, precipitados y uttlt2ados por las viejas capas de privilegiados y las com- ¡;ltcldades exteriores, han conducido al golpe de Estado, realizado por las Fuerzas Armadas, que ya hablan sido Invitadas a participar en el funcionamiento del gobierno popular. La naturaleza y la am~ plitud de los problemas económicos y sociales habían vuelto deriso· rias a las subtilidades jurídicas y parlamentarias. La Junta Militar, repleta de contradicciones, pese a sus declaraciones sobre la unidad nacional, no tiene otro programa que el de un imposible retorno hacia atrás, Reina mediante el miedo sobre v.na población miserable y pierde rápidamente los sectores de opintón que habían saludado su intervención. Está aislada en el terreno internacional. Y esto, pese a que la reststencta interior sea prácticamente inexistente, hasta la fecha. Los partidos vencidos no han tntentado analizar los mottvos del fracaso y la mayorta de ellos continúa cocinando su poltttca maniobrera, sin perspectivas. Sin embargo, la experiencia chilena debe permtttrnos poner en tela de juicio la significación profunda de la táctica y de los objetivos de los partidos llamados de i2quierda, as! como dudar de las virtudes de una polttica basada en el desarrollo industrial y de la capacidad de los que se reclaman del socialismo «ctentlfico». Summary The Chilean experiment of rule by a People's Coalltion represents an episode in the rtse to power of the technobureaucrats. Thts cltapter of htstory was temporarlly halted when a large part of the influential middle classes withdrew lts support. Although the u:orking-classes were used as a driving power, tt can hardly be asserted that they took an active part in social reconstruction. After ali, the growth o/ state control and planning, restrained or devtated by rivalries between various polltical factions, constituted the ma/or trends. The decay and collapse of the country's economy, whtch the jormerly privileged groups precipttated and explotted wtth the help o/ forelgn compltctty led to the coup d'état of those milltary forces th.at the «government of the people» had already admttted and even invited in tts bosom. The nature and dtmenstons of the economtc u.nd social problems appeared to eclipse all the legal and parliamen• tary subtleties. 151

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