Interrogations - anno II - n. 2 - marzo 1975

HISTORIA FALSIFICAVA lana sino de toda la regi6n, cuando en realidad las unicas unidades militares que en Barcelona se encontraban eran comunlstas, concentradas exprofeso dias antes para consumar el plan contrarrevolucionario. Corri6, en definitiva, lamentablemente la sangre corno consecuencia del ataque policiaco contra la Telef6nlca para arrebatarles a los trabajadores su control, y ademas se prolong6 la sangria porque las llamadas autorldades o representantes de la contrarrevoluc16n ya oflclalizada sostuvieron a los provocadores cuya destltuc16n se habia requerido a las veinticuatro horas. Sigui6, asi, la lucha y cuando ya estaban practicamente batidos los satélites de Moscu, parò el fuego, a instanclas, por cierto, de notorios militantes de la C.N.T., dos de ellos miembros del Gobierno centra!. Poco después, algunos de esos mismos militantes, al ver el mal pago con que fue correspondida su generosldad, hubieron de preguntarse si no hubiese sido mas 16gicoel aplastamiento de los traidores a la revoluci6n, los que, corno el cinico Carrillo, preferian - y asi se recalca en este trabajo- la derrota de Espafia antes que debilitar en lo mas minimo las posiciones de la Uni6n Sovlética. Sobre el mismo episodio reincide en sus divagaciones Carrillo unas paginas mas adelante (55-56), y todo y querlendo lavarse de culpas, agrava su caso, pues dice: ... pour l'ensemble de l'armée et du peuple, ce putsch, qui réunlssalt un petit groupe d'anarchlstes et de trotskystes, est apparu comme un acte contre-révolutlonnalre vlsant à ouvrlr le front et à faclllter l'offensive fasciste. Franco s'est vanté d'avolr des agents à lui parmi !es putschlstes ... Malntenant, blen sfir, je ne crols pas que N!n alt été à Burgos n1 à Berlln. Je crois poss!ble qu'!l alt été exécuté da.ns notre zone. Mais à l'époque, aprèls un putsch comme celu!-là, j'a! adm!s (parce qu'on n'a jamais vra!- ment discuté de ça entre nous) que Nln avalt pu s'échapper et passer dans l'autre camp, comme la major!té de l'opln!on publique le pensa!t. Et le putsch de ma! 1937 est venu nous renforcer dans l'!dée que !es trotskystes éta!ent des contre-révolutionna!res. No es necesario insistir acerca de las condiciones en que se planearon y desàrrollaron esos sucesos, pero convendra decir, precisamente por las inhibiciones en que se refugia Carrillo so pretexto de que la mayoria de la opini6n daba por cierta la connivencia. de trotsquistas -por ende también los anarquistas, pues ese término en el vocabulario rus6filo se aplicaba a todos los opositores-, que los objetivos moscovitas alcanzaron inmediatamente al Gobierno centra!, haciendo dimitir a Largo Caballero, s6lo sostenido por unos pocos colegas de su partido y por los representantes anarcosindicalistas. La opin16n pù.blica no tuvo en esa cuesti6n arte ni parte, pues se obr6, corno casi 45

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